lunes, 23 de marzo de 2009

Fotografia

Fotografía
Marzo 2009.


A veces, miro tu fotografía...la misma que está escondida dentro de mi biblia negra, en mi librero. Entonces, me acuerdo de aquella vez que nadamos en el lago.
Te quería escribir antes pero luego las malas memorias opacaban las letras y, si el fondo era blanco se ponían blancas, entonces lo que escribía no se veía ni siquiera con plumones mágicos.
¿Te acuerdas de aquella vez que nadamos en el lago?
A veces; no cuando miro tu fotografía, no...Algunas otras veces, me acuerdo de cuando nadamos en el lago y me pregunto si eso sí paso.
Me pregunto si en un día de verano puede hacer 15 grados, me pregunto si hay un lago bajando el sendero, me pregunto si puede llover y hacer sol al mismo tiempo, me pregunto si tu y yo fuimos felices en verdad algún día o fue solo ese día en el lago...por eso es que no se si la nadada en el lago fue verídica.
Te dije acaso que te quería escribir antes?
Te expliqué porque?
Mentí...siempre te escribo y no miro tu fotografía a veces, si no, todas las noches antes de irme a dormir. La contemplo y te veo en el lago al lado de una desconocida que se parece mucho a aquella persona que solía ser yo cuando era feliz.
Pero luego, tras escribir esto me siento tan ridícula y corro al espejo y miro mi reflejo y me quedo pasmada...Ya no soy la misma. Por eso no se si la historia del lago si ocurrió o era alguien mas la que estaba junto a ti comiendo sandías y tomando mimosas un día de verano con sol y lluvia bajo la sombra del enorme árbol.
No importa, yo ya no quiero ser ella, con esa felicidad infantil dibujada en los labios con plumón mágico...no, ya no soy ella y ahora cuando sonrió es una sonrisa real....será rara vez que sonría, pero, que caso tiene sonreír si la sonrisa no es real.
No! Ahora he vuelto a ser quien era al pensar en ti y fingir que miro tu foto todas las noches antes de dormir. En realidad no es cierto porque esa foto se perdió hace muchos años...no niego que la busqué, pero ahora se que esta en ese hoyo negro a donde van todas las cosas perdidas. Ayer fui al sendero y baje por el norte, sur, este y oeste...nunca encontré el lago.
No hay nada que me una a ti, no hay nadie que me diga que es cierto, no puede hacer 15 grados en verano...no en ese sendero, no hay foto, no hay palabras, no tengo biblias negras.
Ha pasado mucho tiempo y estás enterrado en mi memoria...No hay historia del lago, no hay historia del lago, no hay historia del lago.
No veo ninguna foto antes de dormir pero siempre me repito que no hay historia del lago, antes de cerrar los ojos.... 3:00A.M Suena mi teléfono..."Te acuerdas aquella vez que nadamos en el lago?"
Tu voz es la pesadilla mas profunda que tengo todas las noches...Y aun no se si sea real.
Cuelgo y río...No tengo teléfono! No hay historia del lago, no hay historia del lago, no hay historia del lago, mis paredes lo escuchan salir de mis labios hasta que el sonido se desvanece y mas tarde se convierte en ronquido.
Renata Villareal Tommasi

domingo, 8 de marzo de 2009

Dejad que vuestros cerebros escurran por vuestras fosas nazales


Esta mañana cuando desperté, noté un agudo dolor en el orificio derecho de mi nariz. Se me olvidó qué había soñado; probablemente el mismo sueño de todas las mañanas: Un rinoceronte color magenta, cargando un bol de frambuesas y un hombre turco invitándome a pasear con el en su rinoceronte color magenta, yo le contesto: "No puedo, tengo que ir a escupir ampollas", de pronto todo el mundo se detiene; el hombre turco empieza a arrojarme frambuesas y de pronto, me convierto en una ampolla saliendo de mi boca.
En fin, fui al lavabo y frente al espejo mi nariz comenzó a sangrar. Introducí mi dedo índice izquierdo en mi nariz, la hemorragia no se detuvo y la sangre escurría por mi dedo. Cuando voltee a mirar el espejo, parecía como si hubiera introducido una de esas frambuesas en mi nariz y esta hubiera explotado, unos segundos después, noté que había algo tieso dentro del orificio nasal, se sentía como tocar el tendón de un pollo, comenzé a jalarlo con mi uña; salió mas sangre y puse mi mano en forma de cubeta justo debajo de mi nariz, una vena escurrió hasta mi mano, era eso lo que había jalado. Cuando la hemorragia cesó me puse un poco de crema para bebés dentro de la nariz.
Regresé a mi cama y noté una enorme mancha de sangre casi negra en mi almohada, me recosté y puse mi nariz sobre la mancha para poder captar su olor. Ese olor me hizo dormir y soñar con una glorieta en la que había una fuente en medio y estaba repleta de sesos; tal vez fue culpa de los ladridos del perro del vecino, odio a los Nazis.