Todas las noches antes de irse a dormir lo repetía; con la misma frialdad en el aliento de hielo y el mismo fulgor, entonando las letras mas fuertes de ambas palabras; era lo ultimo que decía al poner su cabeza sobre la almohada y así, parecía darle la bienvenida al mundo de los sueños que caería sobre ella al cerrar los ojos.
Fue entonces como empezó a soñar con un suelo donde ella caminaba que estaba repleto de retazos de piel de osos sangrados, y sangraban también sus pies, mezclando su sangre con la de los retazos de la carne recién cortada de los osos, luego soñó con círculos de fuego que le quemaban la piel mientras ella reía y gritaba “LAZARO”. Nunca logró entender porqué era que gritaba “Lazaro” pero sabía que el hecho de gritar Lázaro hacía que su garganta se quemara con los círculos de fuego color rosa.
Entonces, se apareció él, que la tomó fuertemente de las muñecas y comenzó a cortarte las venas de las muñecas poco a poco con un pedazo de vidrio en forma de V. Él reía mientras ella le mordía los dedos para que el dejara de cortarle las venas de las muñecas, logrando arrancarle el pulgar y el índice, luego el comenzó ahorcarla ya sin sus dedos reales, sino que estaban reemplazados por unos largos tentáculos de pulpo…ella empezó a ahogarse, no por que el la ahorcara, si no porque se había atragantado con uno de los dedos de carne y hueso de él, ahora enterrado en su garganta de piel de caracol y, el la soltó asustado, al pensar que se estaba ahogando por que la estaba ahorcando comenzó a llorar gotas de flujo vaginal que ella reconocía como suyo y pronto se quedaba ciego…ambos reían. Ella tomó una caña para pescar y la metió profundamente a su garganta de piel de caracol para sacar el dedo; al sacar el dedo, lo usó para secarle las lágrimas de flujo y fue así como el recuperó la vista.
Acto seguido por un beso entre los dos, denominado como el beso mortal. Ella tenía saliva venenosa, lo que hizo que el se ahogara, cuando ella se separó de el, el se convirtió en un feto y ella se encontró del mismo tamaño que el, que ahora ya no era el, si no un feto. Ella se encontraba enfrascada en el frasco de líquido extraño, junto con un feto, estaba atrapada y así fue como murió, junto a ese feto que algún día había sido el…fue el beso mortal.
Despertó…24 horas después, a la misma hora del día anterior, antes de cerrar los ojos para dar la bienvenida a ese otro mundo; el mundo de los sueños, lo repitió como todas las noches antes de irse a dormir; con la misma frialdad en el aliento de hielo, con el mismo fulgor entonando las letras mas fuertes de ambas palabras; volvió a ser lo último que dijo esa noche…”Te Odio”, se escucho en un bajo susurro, que llevaba mas fuerza, dolor y poder que un verdadero grito, y así...comenzó otro sueño.
