sábado, 17 de abril de 2010

Carnac

Bretagne, France 2009
Cerré los ojos; era como si olas me revolcaran una tras otra al escuchar su voz dolorosa. “Love me tender love me sweet”.
Lo escuchaba en la oscuridad por qué hay canciones que tienen el instantáneo poder de hacerte llorar y de transportarte a la historia; Elvis no es ninguna excepción. El tuvo el dominio sobre mi estado de animo que fue transformándose hasta que sentí lentamente llegar el mareo, la falta de visión y una nausea molesta.
Cuando apagué sin más el tocadiscos y abrí los ojos, lo encontré en el borde de mi cama, en blanco y negro. Sabía que era el, sin embargo no podía verlo bien por la oscuridad…me sentí perdida entre fantasmagoría y, un miedo infantil se esparció por mis pulmones como si estos se llenaran de un agua que no les permitía comprimirse. Nunca creí ser tan importante como para que Elvis me visitara, y menos frente a mí cama…la duda recorrió mi sistema límbico; Elvis estaba ahí y esto no se sentía como un sueño.
“No one will ever believe you, silly girl”. Creo que me estoy volviendo loca; le pregunté qué estaba haciendo ahí.
“Never let me go…You have made my life complete and I love you so. Love me tender love me true all my dreams fullfill” comenzó a cantar y, yo no pude resistir la sensación de mareo de nuevo; la nausea. Comencé a llorar y entre la humedad de mis ojos, todo se empezó a poner borroso, me sequé unas lagrimas; el ya no estaba ahí pero la canción seguía sonando y mi mareo seguía presente.
Cerré los ojos de nuevo y pronto estaba en la orilla del mar, donde se encuentra con la arena; mucha gente alrededor de mí; por fin mis pulmones pudieron comprimirse…Si la muerte sabe a Elvis, no se qué hago viva.